Freitnetschool Tielrode

La propuesta de diseño se basa en las cualidades existentes del solar. La forma alargada y la pendiente natural de la parcela no se consideran obstáculos, sino oportunidades y ventajas únicas.

El nuevo edificio se distribuye de forma autónoma, con una conexión directa entre todas las aulas y zonas comunes y el paisaje circundante, que se encuentran a ras de suelo. Esta disposición crea la posibilidad de que niños y profesores trabajen en el paisaje con las puertas abiertas, haciendo que el edificio se sienta como un pabellón en medio de la vegetación.

Las funciones están dispuestas linealmente, como una larga cuerda que sigue escalonadamente el relieve natural. El edificio trasero del KLJ está diseñado siguiendo la misma lógica: funciona de forma autónoma pero está inextricablemente unido al conjunto. La sencilla estructura en planta une el espacio interior y exterior en un movimiento fluido y proporciona una clara zonificación entre la escuela y el KLJ.

La elección de cubiertas inclinadas se ajusta a la tipología del entorno y refuerza la ambición de crear un edificio escolar del tamaño de un niño. Este planteamiento reduce el edificio a entidades más pequeñas y legibles. Cada aula tiene la escala de una casa, lo que permite que el edificio conserve una escala humana.

Bajo los tejados inclinados, las entreplantas se integran en las aulas, contribuyendo a una jerarquía espacial en el uso del espacio. El diseño diferenciado responde sutilmente al contexto del tejido urbano circundante.

La elección de una solución de tejado en cobertizo ofrece ventajas adicionales: las claraboyas de la cara norte proporcionan una iluminación natural óptima, mientras que la cara sur ofrece espacio para la instalación de paneles solares. Esto no solo mejora la sostenibilidad del diseño, sino que también contribuye a la calidad funcional y visual del edificio.